¡Hola a todos! hace unas semanas leí una entrada en Cargad! que
hablaba sobre las distintas generaciones de jugadores de Warhammer fantasy, me
gustó mucho el artículo y los comentarios de los seguidores, sobretodo porque
me vinieron a la mente buenos recuerdos de diversión continua en esa época.
En mi caso me debería situar en la generación de los "Caballeros",
cuando conocí Warhammer, pero no me inicié bien hasta unos años más tarde cuando
empezaron con la sexta edición, por lo tanto sería también de la generación de los "Oscuros". No se, todo
fue muy peculiar, ya que conocí Warhammer a los ocho años, una edad demasiado
temprana, quizás muchos pensareis que a esa edad no se sabe valorar las cosas y
menos un wargame, pero que decir, a esa edad yo supe valorar Warhammer a mi
manera, más por la parte superficial o estética que por la parte de las reglas
(para mi es lo recomendable para elegir un ejército).
El caso es que un día en casa de unos amigos de mis padres, me fui
a la habitación de uno de sus hijos, el cual me sacaba unos seis años más y
estaba en su feliz edad adolescente, por lo que me mostró con mucho entusiasmo
su mesa de juego que tenia montado la fortaleza de Gorka Monka, aluciné, a
continuación me enseñó el videojuego Warcraft II y me seguí prendando de ese cuarto lleno
de objetos mágicos que hechizaban mi mente y me llevaban a un mundo en el que
mis fantasías no paraban de pasar por mi cabeza como flashback. Todo fue
alucinante hasta que remató la jugada mostrándome el libro de ejercito de los Elfos Silvanos y un catálogo de los que daban en las tiendas, ahí ya empezó mi
delirio de ideas.
Después de ese gran hallazgo mi cabeza no podía pensar en nada
más, le debí dar tanto el coñazo a mis padres, que al final llamando a mi primo
(un chico que había coleccionado miniaturas de la II guerra mundial desde
pequeño) acordamos ir a la tienda de GW a ver que podía pillarme. Mi primer
encuentro con la tienda fue único, fue entrar y ver colores y miniaturas
bonitas por todas partes.
Un rato más tarde salí de la tienda con mi primo emocionado por
haber rescatado su ilusión de la infancia y yo con un libro de ejército de
bretonia, un spray de imprimación y una caja de arqueros bretonianos de los que
te venían con la caja de pinturas iniciales. Esa tarde nos pusimos mi primo y
yo a pintar, el me enseñó lo básico y yo lo único que hice fue leerme el libro
y ver las fotos una y otra vez, creo que estéticamente me atraían tanto las
miniaturas que no podía evitar pensar en otra cosa, como por ejemplo que con
esas minis pudiera jugar...
Años más tarde, cuando empecé el instituto pude convencer a un
grupo de amigos de que empezáramos un poco más seriamente con el juego, dicho y
hecho, lo que pasa que de un año para otro pasaron de fantasy a 40k muy rápidamente
y yo ahí no tenía nada. En los años previos a este momento solo me había
comprado un blíster de un caballero del grial, nada más, por lo que me alegro
de que en esa época me valiese con tener solo imaginación.
El grupo que se formo en los recreos del instituto fue algo muy surrealista,
nos juntábamos una docena de frikis al menos, nos comprábamos la White Dwarf y
la comentábamos, pero más que hablar de tácticas y demás, hablábamos de
trasfondo de quien podría ganar a quien, pero de una forma trasfondistica no
por reglas del juego.
No empecé a jugar mucho hasta que me traslade a Warhammer 40k, por
lo que fantasy la deje aparcada, pero seguía ahí, en Warhammer 40k estuve
probando muchos ejércitos, no sabía cual me gustaba más (guardia imperial,
eldars oscuros y lobos), hasta que me quede con estos últimos, pero lo que más
recuerdo es que uno de mis vecinos por aquel momento empezó con Eldars y jugábamos
en su casa, que tenía una mesa de ping pong como campo de batalla...
Ahí mas que jugar intentábamos hacerlo...jugando con las reglas de
la tercera edición estuvo muy entretenido esos años, porque quedábamos muchos
amigos y jugábamos un tres para tres o cosas así, que consistía en despliegues
de dos horas y turnos de tres...Nunca acabamos esas partidas, pero eso nos daba
igual porque ya la imaginación estaba trabajando para seguir soñando una vez
volvieses a casa.
Más tarde ese grupo se dispersó, porque la adolescencia es dura y
hay muchos factores que distraen a los chavales...Pero yo acabe con una parte
del grupo, que éramos los mas frikis de todos, pero ahí empezamos a jugar a
Confrontation y bueno, esa época que duro unos tres años eclipso a los
warhammer que pillaron mucho polvo, salvo alguna partida esporádica de vez en
cuando, luego empecé con otros temas y deje todos los wargames durante unos años.
En la octava edición de fantasy volví por fin con muchas ganas, al
igual que con la sexta de Warhammer 40k, pero...Solo son espejismos, nunca he
sido un jugador, he sido más un coleccionista, sigo manteniendo a ese niño que
miraba las imágenes y leía relatos para motivar su imaginación y soñar
despierto. El problema de hoy en día, es que ya me he cansado mucho de la dirección
que ha tomado la empresa y me fastidia que me tenga que auto motivarme para
disfrutar de mi hobby, cosa que no me pasa con Confrontation obviamente...
Todo esto era hasta hace unos días, cuando leí el blog de Dark
Jober y me recordó que el hobby te lo tienes que administrar tu no una empresa,
por lo que el agobio que sentía por tener tantas miniaturas sin darles un buen
uso desapareció, por tomar ideas de cómo administrar el poco tiempo que tengo
para el hobby y como dar buen uso a lo que tengo, teniendo así una planificación
a largo plazo y no en el momento.
Sobretodo he recordado que lo que me interesa a mi son las
batallas pequeñas, por lo que debo de ignorar las ideas de tener grandes ejércitos
para reducirlos y tener ejércitos más prácticos con todas las miniaturas con
posibilidad de usarlas, pintarlas y apreciarlas, también con opción de usarlas
en Mordheim o en Patrullas. Esto hará que mi pasión por el hobby no decaiga y
que ignore las novedades de GW aun más, porque no tengo intención de seguir un
ritmo que no puedo ni empezar. Siempre es mejor ir a un ritmo más despacio pero
por lo menos disfrutarlo, no deshacerse de todo y luego arrepentirse, ese es el
camino fácil, así que a aguantar tentaciones o por lo menos a intentarlo, que
mi habitación tiene que tomar una visión mas ordenada de las miniaturas que la
ocupan.
Me he sentido muy identificado!
ResponderEliminarGran artículo!
Hola, por desgracia o por gracia, depende como se mire( si se enfoca solo la parte positiva de la experiencia), muchos hemos pasado por estas fases y hemos acabado igual desde que conocimos la marca GW, pero bueno, siempre habra que quedarse con lo bueno y seguir para delante, sea con la misma marca o con otras de igual o mejor calidad y trato.
EliminarMe alegra que te haya gustado la entrada ;)
Gracias por la mención!
ResponderEliminarPor suerte no todos vivimos el hobby de la misma forma y mi objetivo con el blog es que los aficionados vean que hay otra forma de vivirlo, que puedes encontrar la máxima satisfacción con lo que tienes.
Muchas veces el problema es de enfoque.
Cuando jugaba a 40k me frustraba muchísimo, no sabes, la escala de las batallas es demasiado para ti, no tienes las unidades necesarias...
Así que como en todo, echas unos pasos para atrás y miras con perspectiva.
De lo pequeño a lo grande.
Ahora me siento muy bien jugando Mordheim y Kill Team. Y me abstraigo de cualquier crítica que quiera incitarme a "ser como los demás", como aficionado tengo unas necesidades que son perfectamente cubiertas con éstos. No necesito más.
Tienes toda la razon y es una pena que me desenfocase hace unos años y pasara de las escaramuzas a las batallas masivas de nuevo, ahora tengo que retomar de nuevo el camino para que esto sea un divertimento no un problema.
EliminarSigue con tu filosofia y disfruta del hobby.