En el tercer libro de Malus Darkblade comienza lo bueno, se atisba la
esencia que mueve la personalidad de este ser. Un libro que a mí ha impactado
por la cantidad de situaciones que hacen que este personaje sea tan especial, ya
que aunque todos los personajes de Warhammer bailan sobre el filo de una
navaja, Malus disfruta de esta situación y saca siempre provecho de ello.
En esta historia, nos encontramos con un desertor crónico que
continua con su huida hacia delante. Sin pies ni cabeza fuerza cada situación al
máximo. Esto le llevará a ser rehén de la magia y de otros que intentarán aprovecharse
de todo el caos que el elfo creará a su paso.
La historia contiene batallas a gran escala, traiciones,
magia, lugares escalofriantes y solitarios. Aun así el vértigo nunca podrá con
el elfo que siempre se burla de la muerte. Todo para poseer una daga, la cual será
el tercer objeto que requiere en su búsqueda de la salvación. Con un final exquisito
que muestra como su decadente destino es cada vez más real y no una simple profecía...
Por lo que se podría decir en este libro, podemos ver al
Malus que todos conocemos en Warhammer, déspota, directo, rencoroso y siempre
dispuesto a disfrutar de una gran victoria. Veremos donde le lleva su camino
para conseguir el cuarto objeto y así librarse del demonio.
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