
Este largometraje, ambientado después de la segunda guerra entre Irak y Estados Unidos, sigue a un grupo de soldados estadounidenses encargados de mantener el orden y desarticular a grupos insurgentes leales a Sadam Husein. El contexto y la tensión me recordaron mucho al videojuego Insurgency, que ya os recomendé, y que recrea con bastante fidelidad escenarios similares de combate urbano de la zona de Oriente Medio.
Tras una introducción tranquila que muestra la rutina militar de observación, la acción comienza y no se detiene hasta que aparecen los créditos. Me pareció impresionante cómo, con tan pocos elementos, logran generar tanta tensión y emoción. No hacen falta grandes batallas ni efectos exagerados: basta con una guerra de guerrillas en entornos urbanos bien construida para mantenerte al borde del asiento. En muchos momentos me recordó a la escena del desembarco en Salvar al soldado Ryan, pero con la diferencia de que aquí esa intensidad se mantiene a lo largo de toda la película.

Después de encontrar una película así, sin duda la guardaré como referencia y la volveré a ver en otra ocasión. Me ha parecido muy buena, y además ha logrado quitarme el mal sabor de boca que me dejó Civil War, una película con un argumento prometedor pero que, en mi opinión, fue muy mal ejecutado, con protagonistas poco acertados. Una lástima, porque el trasfondo daba para mucho más, incluso para una saga completa si se hubiera planteado mejor.
Por último, quiero destacar que esta película se nota que ha sido hecha con mucho cuidado y respeto. Participaron supervivientes reales del enfrentamiento que se retrata, y eso se refleja en la atención al detalle, el nivel de realismo y las actuaciones, que están a un nivel altísimo. Los actores realmente convencen como soldados, lo que contribuye a una experiencia muy inmersiva. Me ha encantado, y espero que a vosotros también os guste.
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