Malos presagios se acercaban a la vieja ciudad enana, el deteriorado señor del clan Odda mata dioses era consciente de que no había dirigido a su pueblo con sabiduría y sus malas instrucciones para buscar minerales habían llevado a su gente a la pobreza más mísera. Pero aun así habían aguantado con la esperanza de que su señor les mostrase el camino correcto y tuviesen éxito en su búsqueda de minerales.
Después de meses sin tener efectivos en la ciudad. Solo un puñado de guerreros y mineros protegían la entrada por la vieja ciudad, que era el sitio más peligroso por el cual podría entrar algún goblin o algún sucio skaven. Sus provisiones de comida eran nulas y llevaban solos en la oscuridad muchos años.
Unas semanas atrás un rey tumulario había decidido mover ficha finalmente y asaltar esa pobre ciudad que decían los rumores estaba medio abandonada y así poder instaurarse entre las ruinas de los enanos. Una vez consiguiese esa fortaleza de piedra, nadie le molestaría en unos cuantos siglos.
El día de la batalla llegó, un montaraz enano trajo malas noticias sobre un extraño pelotón formado por no muertos, este se acercaba poco a poco. El enano se extrañó mucho, nunca había visto no muertos por aquellas tierras y no se atrevía a vacilar contra un nuevo enemigo, porque quien sabia que malas artes usarían con magia oscura, con tal de vencer. Como Odda no podría acudir a la defensa mando a su hijo Alarik pies grandes para dirigir a sus tropas. Este era más imprudente que su padre, pero su resistencia y su fuerza se podían medir con la de una roca.
Después de recibir órdenes de su padre, Alarik ordenó a sus guerreros y atronadores que aguardasen detrás de las barricadas echas con ruinas, mientras que él y los mineros avanzaban por debajo de otro túnel, para ganar a los Condes Vampiro la retaguardia. Una idea arriesgada, pero si salía seria perfecta y podrían tallase nuevas runas sobre esa gesta.
-Señor del clan + arma a dos manos 69 puntos.
-12 guerreros + con armas a dos manos + grupo de mando 145 puntos.
-10 atronadores + escudo y grupo de mando 175 puntos.
- 8 mineros + grupo de mando 113 puntos.
502 puntos
Lista de Condes Vampiro:
-Rey tumulario 85 puntos.
-20 zombis 60 puntos.
-20 esqueletos + grupo de mando 130 puntos.
-20 esqueletos + grupo de mando 130 puntos.
- 9 guardianes tumularios 99 puntos.
504 puntos
En el primer turno, los enanos aguantaron la posición, mientras esperaban a que los lentos esqueletos avanzaban. La única emoción que hubo en el turno fue que un par de zombis cayeron al recibir disparos de los atronadores que no estuvieron en general muy acertados.
En el turno dos, los atronadores se veían ya un poco cercados por una marea de muertos vivientes, que en un turno seguro que estaban cerca de ellos. En la situación de los guerreros enanos era similar, por lo que los enanos aun seguían aguantando la posición hasta ver a su señor del clan cargar por la retaguardia.
En el turno cuatro se complico todo un poco, ya que los enanos recibieron una carga por el lateral, el rey tumulario ya estaba ahí, pero el señor del clan también cargo con su unidad de mineros a la unidad de esqueletos y pudo destrozarles poco a poco pese a ser menos.
Mientras tanto, los atronadores fueron cargados, dispararon antes de recibir la carga y pudieron reducir la superioridad numérica de los esqueletos.
Victoria clara para los enanos.
El señor enano miraba a su hijo desde lo alto en un edificio en ruinas, lo miraba con orgullo, sabía que era el momento de cederle el mando. Con sus más de 200 años de experiencia en la guardia personal de la ciudad, tenía la fuerza y el liderazgo para dirigir bien los últimos días de su ciudad.
...
En el campo de batalla, los enanos recogían a los heridos y los caídos en la dura escaramuza, posible mente esta sería la primera de muchas más batallas, pero de momento habría que festejar la victoria del día de hoy. Thorgrim, uno de los mineros que había estado protegiendo al señor del clan durante la batalla, sabia que hoy recibiría una pequeña recompensa por todas las armaduras viejas de no muertos que había conseguido. Esperaba que aun les quedara algo de hidromiel en la bodega para celebrarlo, sino sería un poco frío el banquete, a no ser que atrapasen a un goblin en los alrededores y lo obligaran a trabajar de bufón hasta que les diera por cortarle la cabeza.
Aun estos viejos enanos sabían como divertirse de verdad, no todo en la vida era picar a oscuras, también se podría clavar algún pico o algún hacha en el pecho de algún enemigo.
Comentarios
Publicar un comentario