"El ruido producido por el Stormraven era bastante disparatado para
el gusto del jefe de batalla de los Lobos espaciales, se había despistado y no había
podido ver si todos sus hombres habían conseguido bajar de la nave, debido a la
suciedad que había levantado aquel cacho de chatarra que era pilotado por un inepto
o por lo menos eso pensó el enfadado marine.
Únicamente tenía tres escuadras a su
mando, dos manadas de cazadores grises y una solo de colmillos largos para dar
cobertura si fuese necesario, no estaba a disgusto, pero hubiera preferido
localizar el objetivo antes y lanzarse en una capsula de desembarco para entrar
en acción y no tener que estar buscando. Aun así, el enemigo que buscaban no
era un cobarde, al revés los orkos siempre les gustaba zurrarse por cualquier
motivo y más si era contra Marines espaciales, pero esta vez parecía que habían
pensado e incluso habían planteado una defensa del terreno o se habían
despistado...
Una vez situado entre las ruinas, las dos
manadas de lobos fueron analizando el terreno con los radares por si detectaban
alguna presencia viva en esa tierra inservible, mientras tanto, la escuadra de
colmillos se ubicó en colina en la cual podrían visualizar todo el terreno,
pero también estaban muy descubiertos. Nadie veía nada, pasaban los minutos y
el silencio era tan drástico que no les gustaba mucho a los lobos, no podían
ni olfatear el rastro de los estúpidos orkos.
De repente, tras el sonido de unas pisadas
torpes y bastas, un orko salió de su escondrijo y corrió hacia el medio de la
calle, lanzó lo que parecía una mina y berreo frente a sus enemigos antes de
salir corriendo a cubrirse, antes de que estallara la mina, los Lobos que
estaban en alto dispararon varias ráfagas con sus bolter pesados para intentar
abatir al temerario orko, pero no acertaron. Una vez formada una humareda por
culpa de la explosión, un centenar de akribilladores empezaron a disparar hacia los
marines, cuando el humo desapareció, una gran marea de orcos empezó a avanzar,
eran muchos y querían llegar hacia el enemigo para plantarles cara.
El líder de los Lobos espaciales decidió
que la manada de cazadores grises que tenia al otro lado, dejara de disparar y
fuese a cargar, los lobos acataron la orden encantados ya que su sed de sangre
los volvía locos, no eran garras sangrientas, pero sabían pelear en combate
cuerpo a cuerpo mejor que un marine normal. La unidad del líder se puso en
cobertura esperando a que la unidad grande de orkos se acercase hacia los colmillos y pudiesen hacer una carga por sorpresa que aniquilara a la mayoría
de los enemigos.
El plan de los Lobos iba bien, hasta que
un grupo de petatankez se subió a un edificio y empezó a disparar sus
lanzakohetez, el líder se quedó asombrado cuando observó que unos pocos cohetes
machacaban a la mayoría de los colmillos que estaban dándoles cobertura desde
la colina. Su unidad más potente había sido arrasada casi entera...algo debían
hacer. Después de pensar unos segundos el líder de los lobos decidió cargar,
pero ya era demasiado tarde, se encontró de frente con toda una unidad de
guerreroz orkoz y con el Kaudillo orko que iba armado con una garra de combate
y una mega-armadura. Este rival iba a ser el más peligroso de todos.
En el otro extremo del campo de batalla,
los cazadores grises se habían internado entre las calles para realizar una
carga fallida que produjo una situación inesperada ya que la horda de orkos
pudo cargar al reducido grupo y embestirlos, los rodeo, los machaco y poco a
poco fue abollando las servoarmaduras.
La batalla era dura y difícil para los
marines, ellos creían que podían acabar con todos los orcos sin problemas, pero
lo único que hacían era matar a un orco para que otro ocupara su puesto,
llegados a un punto, no sabían donde estaban, ni cuantos orcos estaban
esperando para su turno, la desesperación y el cansancio empezó a notarse entre
los Lobos espaciales.
Entre los edificios, un grupo de orkos se reía
mientras acertaban al siguiente objetivo, habían machacado a sus enemigos en la
colina y no eran capaces de herirlos gracias a que estaban muy parapetados, además
veían como su líder iba caminando poderosamente hacia la unidad de cazadores
grises que reculaban para protegerse en las ruinas del edificio de en frente,
ellos al ver cómo iba la batalla no dudaban en continuar riéndose. Hasta que
una ráfaga de bolter pesado acabo con uno de ellos y rápidamente volvieron a cargar
sus lanzakohetez para seguir disparando.
Después de muchas bajas el líder de los
Lobos y sus hermanos, pudieron acabar con la unidad de orkos que habían
recibido con dureza, pero el Kaudillo esperaba su turno, así que sin dejarles
respirar cargó contra ellos, disparando a quemarropa y destrozando extremidades
de marines con su poderosa garra de combate. Por muchos intentos que ponían los
Lobos era inútil, nadie podía atravesar la mega-armadura del gigantesco orko,
por lo que él solito acabo con toda la unidad, quedando solo el jefe de batalla frente a él.
Minutos después, el grupo de orkos que
quedaban en el otro lado, aparecieron en la esquina de la calle, viendo que
solo quedaban tres marines, alzaron sus rebanadoras y fueron corriendo colina arriba
mientras los dos colmillos largos disparaban sin miedo para acabar con el
mayor número posible de orkos. Como si de un escudo invisible se tratase, los
orkos llegaron en su mayoría hasta donde se encontraban los dos marines sin
recibir heridas graves, por lo que rodearon y acuchillaron a sus enemigos
violentamente, hasta su muerte.
El único miembro del grupo de marines que
quedaba era el líder, no era consciente de ello, pero tampoco le importaba, sabía
que tenía que matar a ese gran orko y después matar al resto de sus enemigos,
daba igual que fuesen una centena. Pese a los intentos del marine por blocar
todos los golpes del kaudillo orko, no pudo parar el agarre que le atravesó la
pierna con la garra. Comenzó a desangrarse poco a poco e iba parando los golpes
que podía, pero la mayoría iban destrozando la armadura, hasta que quedo
tendido en el suelo medio muerto, el gigantesco orco rodeo el cuello del marine
con la poderosa garra y apretó sin pensarlo, el silencio que se formó acabo con
un montón de risas. Los orkos habían aniquilado a un enemigo que habían caído
por infravalorar a sus enemigos."
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