Als continuaba su paseo matinal por los
distintos feudos de Cadwallon, hoy le tocaba buscar información en Autómata y ya que
estaba por ahí que le pusieran a punto su equipo. Mientras esperaba un elfo
se le acercó y lo miró fijamente.
-Usted es el agente del León, ¿no es cierto?- pregunto el elfo.
-Así es, ¿podría ayudarle en algo?-respondió
cordialmente el humano.
-Claro que no...Los humanos no sois
capaces ni de ocuparos de vuestros asuntos como para otorgaros problemas más
trascendentales...Solo quería avisaros de que no estáis investigando todo lo
que deberíais investigar, hay algunos de los nuestros que quieren tomarse la
venganza por su parte y no van a temblar frente a unos cuantos agentes como
usted-termino el elfo mientras se quedó callado con los ojos observando fijamente al humano.
-Entiendo, todo el mundo me dice una cosa
diferente en cada feudo que voy, creo que voy a empezar a olvidarme del tema,
no creo que entienda el humor cadwë, porque al parecer eso es lo que
es...Simplemente humor.-respondió resignado Als.
Tras recoger sus armas, Als continuó hacia
el graderío del Foso, la Arena hoy estaba con aforo completo, los humanos y
orcos de la zona habían acudido en masa para lo que ellos denominaban: un
combate ¡brutal! Seguramente tenían razón, pero no se si alguno de los
presentes pensaba en la estrategia que tenían los Alquimistas, los cuales habían
ganado siempre a base de fuerza y saber actuar en los momentos difíciles.
El combate comenzó en el Foso, ambos
bandos se lanzaron rápidamente el uno contra el otro, uno de los orcos fue
acorralado contra el muro del graderío por el Kerati y el clon Belisario todo
un reto salir de ahí con vida, pero lo intentaría hasta el final. Por el otro
lado unos cuantos combates normales entre clones y chacales se darían de una
manera más espaciosa.
Tras una serie de movimientos bruscos por
parte del orco que intentaba hacerse espacio con tanto rival que lo rodeaba,
terminó de acercarse otro rival, el Belisario se unió a la tangana mientras que
el Kerati se acercaba con velocidad hacia el orco ballestero, un ballestero que
torpemente no había podido acertar a ningún rival salvo una pequeña herida
superficial al Kerati antes de que lo cargase.
Todo acabó como estaba previsto, rápido,
brutalmente violento y sin bajas, así eran los Alquimistas y no quedaba duda
que estaban a un gran nivel como equipo, pese a que en el anterior combate habían sufrido algo contra los Drunes, esta vez no y por segunda vez se enfrentarían a
sus rivales de la final del torneo de Arcavia.
Como había terminado pronto el evento, Als
recibió la visita de Alahel junto a unos cuantos camaradas que lo seguían, Als
se encontraba sentado en las gradas, estaba acomodado de una manera bastante cómoda
e informal para su cultura, pero estaba cansado de todo y sobretodo de ver que
al final los Alquimistas con trampas o no llegaban de nuevo a la final.
-Querido amigo, no te frustres estaba todo
previsto, los orcos no eran rival para unos Alquimistas tan astutos, además
esto nos permitirá que nuestro enemigo caiga en la trampa con más facilidad.-dijo
tranquilamente Alahel.
-¿Qué quieres decir Alahel, acaso sabes quién
esta detrás de todo?-respondió con algo de rabia contenida su subordinado.
-Claro que sí...Mañana veras como acaba el
evento, ya lo tengo todo bajo control, tu solo tienes que seguir a los
paladines que he puesto a tu orden una vez te ubiques en la salida cinco del
foso.-ordenó con más calma Alahel.
-Entiendo...Pero creo que necesitaré una explicación
cuando pase todo esto.-dijo Als tragando saliva, miro hacia el resto de compañeros
y no supo que hacer, así que se levantó y se marchó del lugar sin despedirse. La humillación había sido absoluta, tantos días de investigación a ciegas para
que al final todo el mundo lo supiese...
-Me da lástima no informar del todo a un
buen investigador, pero tal vez pondría en peligro la misión, es mejor así o
eso espero, además no sabemos que nos puede esperar mañana realmente, solo
sabemos de uno de los posibles atacantes, pero sabemos desde el principio que
son dos...-dijo Alahel para sus acompañantes.
-Tranquilo, lo entenderá cuando pase todo
esto, si sale todo bien...-respondió uno de los leones.
Las gradas se encontraban vacías, llenas
de restos de comidas, bebida derramada, bolsas y demás objetos olvidados, en la
arena el espectáculo había acabado, pero los esclavos se llevaban los cadáveres
de los orcos y echaban tierra sobre la sangre, la decadencia venia siempre después
del espectáculo, pero nadie se quedaba para ver esto, no era bonito de ver,
salvo para un hombre o algo parecido...El biopsista Alquimista aguardaba en el
palco observando en silencio como trabajaban los esclavos y en definitiva como
se iba tejiendo su obra maestra.
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