El reencuentro era inevitable, Allhox
necesitaba conseguir los objetos mágicos para comenzar el ritual, su dios se lo
había mandado y no podía fallarle una vez más. Esta vez usaría más la cabeza y
no confiaría tanto en su fuerza, pese a que traía refuerzos...
La noche anterior aun seguían curándose de aquella brutal paliza realizada por los miembros de la banda de Nurgle, habían demostrado ser unos brutales rivales que había que temer. Pero la llegada de un acólito y un tzaangor más hizo que la tropa pudiese creer en algo...Por lo menos antes del combate.
Tras observar el nuevo escenario Allhox
supo que debía aprovechar al máximo los escondites, debía buscar los objetos y
protegerlos, antes de que los de Nurgle aparecieran y no pudiese defenderse.
Por lo que empezaron por dividir sus fuerzas poco a poco más separadas.
Pronto Allhox y su grupo encontró un cofre y parte del grupo se quedó con él para conseguir inspeccionarlo, otro de
los grupos también encontró otro cofre, pero el tercer grupo...Encontró a los
siervos de Nurgle, ya habían llegado, ya estaban ahí, abriendo un cofre, detrás
de las ruinas a escasos metros de líder.
Los acólitos después de un par de señales
se mantuvieron cautos sin hacer muchos ruidos mientras los de Nurgle se entretenían
abriendo los cofres que encontraban, tenían miedo, no parecían más que la
anterior vez, pero seguían siendo muy poderosos. Esperaron hasta que no
pudieron más y se lanzaron a la carga desde distintas posiciones.
Khasrhak levanto su cabeza y de las ruinas
salió un tzaangor hacia él...pudo esquivar su espada pero su mente aun no asumía
que no hubiesen oído a esos estúpidos que volvían al combate tras ser
aniquilados el anterior día. Muchos portadores de la plaga se lanzaron al
ataque tras un breve gruñido gutural de Kaelh, ya tenían tres objetos mágicos
en su poder y no querían perderlos a manos de los siervos de Tzeentch.
Tras un intercambio rápido, siguieron
viniendo tropas del bando de Tzeentch, los de Nurgle eran los que eran y no habría
más refuerzos, pero aguantaban todo tipo de golpes, hasta que a su líder el paladín
fue herido por el tzaangor, en aquel momento tanto su golpe como el de otro
cercano de sus aliados fue mortal y sus rivales cayeron, junto a otros que
huyeron.
Allhox se encontraban protegiendo la reliquia que tenía en sus manos, sabía que era importante para el conseguir unas
cuantas, pero detrás de esa pared que estaba delante suya había ruidos, gritos
y sonidos desgarradores, solo veía salpicaduras de sangre volar y miembros de
su banda que huían de vez en cuando. ¿Qué estaba pasando? ¿Cómo iba el combate?
¿Necesitaban su ayuda?
El terror se apoderó una vez más de los
siervos del dios del cambio...Tanto Allhox como otro de sus siervos huyeron con
una pieza mágica que necesitaban, atrás dejaban compañeros y un grupo de Nurgle
que salía reforzado, la próxima vez deberían conseguir aliados mayores, de otro
mundo...Si querían acabar con sus rivales o por lo menos hacerles frente.
La banda de Khasrhak solo tenía un camino
y no se saldrían de él, su ritmo lento no impediría que no alcanzasen su
objetivo...
Fz, me encanta las partidas narrativas que os montáis en tu grupo de juego. Hacéis que un juego insulso como AoS pueda resultar hasta interesante.
ResponderEliminarSeguiremos la evolución de todo esto con atención.
XXXXDDDD
La campaña sigue y espero que guste como van evolucionando las dos bandas y su historia.
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