Tzeentch, el dios teje destinos estaba molesto...Allhox no estaba
consiguiendo su gran objetivo y Nurgle no paraba de ganarle la partida en cada rincón
del desierto que se encontraban. Algo tendría que cambiar y por ello el líder
de la banda decidido tomar la iniciativa en futuros ataques.
Khasrhak caminaba tranquilo con sus tropas, miraba de vez en cuando a su servidor Kaelh, el cual llevaba todos los artefactos mágicos encontrados en la anterior vez que habían visto a los hombres del dios pájaro. Este guardaespaldas era muy efectivo, pero necesitaría más tropas si quería sobrevivir a la ira de un dios, ya que Nurgle sabía que su enemigo iría con todo lo que tuviese a su alcance para conseguir su objetivo.
Tras salir de un cañón en mitad
de ese dichoso desierto en el cual daban vueltas y vueltas esperando alguna
señal de su dios que los dirigiese a un nuevo enclave se toparon de nuevo con
las tropas de Allhox. Las molestas tropas de acólitos y hombres medio pájaro.
La respuesta fue rápida, ambos
bandos se lanzaron unos a por otros, pero los hijos de Tzeentch fueron más
atrevidos y arriesgados lanzándose con todo, las tropas del paladín de Nurgle
se mantuvieron un poco más cautas y actuaron de una manera más conservadora,
sabiendo que su enemigo era más ágil y rápido.
Todo fue rápido como en
anteriores combates, las tropas de Nurgle aguantaban y acababan con sus
enemigos, Khasrhak abatió a 4 rivales con tranquilidad y el único que empezó a
destacar dentro de la banda de Tzeentch fue el nuevo guerrero del Caos
reclutado. Mientras tanto Kaelh observaba distante, no quería fallar a su
señor y perder los objetos mágicos que portaba.
El guerrero del Caos se llamaba
Waltruk y portaba la marca de Tzeentch en el interior de su cuerpo por debajo
de su armadura dorada, este humano se encomendó a su dios mientras aguantaba
los golpes lentos pero duros de los portadores de la plaga. Poco a poco fue
acabando con cada uno de esos demonios verdosos y apestosos que lo rodeaban.
Cuando el guerrero del Caos
acabó con todos se dio cuenta de una cosa, se había quedado solo, toda su banda
se había ido o estaba muerta y a lo lejos se acercaba una figura enorme, debía
ser el líder rival, pensó. A distancia Allhox contemplaba a su nuevo guerrero, había
sido una adquisición importante, en el futuro vendría bien a la banda si sobrevivía...Había
conseguido más muertos que toda la banda junta en otras escaramuzas.
El titánico enfrentamiento
entre Waltruk y Khasrhak comenzó, el guerrero del Caos debía aprovechar su posición
más baja para golpear zonas más vulnerables del cuerpo de su rival. Pero todo quedó
en nada cuando el paladín levanto su hacha y la lanzó hacia el tronco del
guerrero, este solo tuvo tiempo para poner el escudo y protegerse.
***
Kaelh se acercó a su líder con
paso lento mientras una polvareda de humo y moscas lo perseguía...
-¿Por qué siempre que luchamos
contra este grupo dejas que se vayan huyendo y no aniquilas a los heridos?
-Nuestro señor nos han enseñado
siempre que es mejor infectar que arrasar...Un infectado puede matar más
hombres que una espada, la plaga acabará matando a esa banda y no nos dará más
problemas.-termino Khasrhak entre risas guturales.
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