El cometido de Allhox: 6º partida


Nurgle había decidido, el destino de Khasrhak y los suyos había sido indicado mediante símbolos entre las polvorientas espesuras que tapaban el cielo del Desierto del Caos, el grupo se encaminaba hacia el lugar donde debería recoger el tributo que haría a su líder un príncipe demonio tras años de espera.


Al acercarse al lugar, encontraron una ciudadela en ruinas, un entorno complicado de acceder y decidieron avanzar en grupos, Khasrhak en su despistada inteligencia había observado el conflicto que había en el interior de su banda y por ello unió a los dos reyes pútridos para que no hubiera una batalla interna, además juntó a otro rey pútrido con el mal parado Corruptus, el cual había quedado retratado tras ser destrozado por el demonio del dios de la trasformación.


Los accesos de la parte superior de la ciudad se encontraban cercados por una muchedumbre de humanos y criaturas de Tzeentch, otra orgia de sangre y putrefacción se produciría hoy...La vida no valía nada en el desierto y eso lo sabían todos, aun así todos querían contentar a su dios, así que comenzó la lucha.


El momento se saboreaba por completo, las tropas empezaron a subir por las rampas de madera, las cuales chirriaban, podrían romperse en cualquier momento, pero eso daba igual a los que las pisaban, pisadas pesadas de criaturas lentas pero insistentes como los discípulos demoniacos de Nurgle, las moscas y el mal olor los seguían, un muralla de putrefacción se acercaba a los acólitos y los tzaangors que guardaban su posición con insistencia, hoy era su día...



Los combates se recrudecieron entre unos y otros, pero los reyes pútridos acabaron abriendo la brecha para poder pasar, Khasrhak avanzó lentamente detrás de ellos y en un alarde de liderazgo atravesó con su poderosa hacha al traicionero Corruptus, no lo necesitaba para obtener la victoria y no quería más competencia en su camino hacia su dios Nurgle. El señor de la corrupción cayó dolorido, toda su espalda estaba destrozada y el tzaangor que tenía delante lo apuñalo vilmente mientras él se dolía y tocaba la putrefacta herida, la muerte lo acechaba y esta vez Nurgle no lo resucitaría...


En su avance hacia el botín, el líder nurgloso observó que para llegar a él tenía que pasar por encima de su archienemigo Allhox y sus guerreros, pero esos pasmarotes no le preocupaban, quien si lo hacía era el hechicero que estaba en la parte superior de la ciudadela y su criatura...


-¿Quién era ese extraño? ¿Sería una trampa?- pensó para sí mismo Khasrhak mientras avanzaba lentamente con un grupo de reyes pútridos hambrientos de poder y destrucción.


Los guerreros del caos aguantaron como pudieron los golpes insistentes de los pútridos que insistían lentamente, un golpe tras otro, mientras sonreían y su cuerpo se descomponía sudando por las supurantes pústulas y heridas ensangrentadas, la imagen era nauseabunda, pero esos guerreros habían visto cosas peores en sus años vagando por el desierto. Khasrhak se hizo hueco entre los dos combates para acabar de una vez con Allhox, ese ser debilucho y escurridizo siempre estaba en todos los lados, vivo y perfecto, sin heridas ni cicatrices.


Allhox sonrió, soltó su espada, se quitó el yelmo que cubría su cabeza y una imagen le vino a su rival... Su mente se nubló en un cumulo de imágenes, recuerdos que no le dejó mantener su cabeza tranquila y serena. Allhox tenía una cabeza de ave, pero otras ocasiones veía en sus visiones caras distintas, una cara por cada vez que había matado a ese patético mortal, ¿quién era ese rival y que pretendía Tzeentch con este sacrificio?

Allhox le habló mientras los reyes pútridos se acercaban a él después de acabar con los guerreros del caos. 

-Tu dios te ha abandonado paladín, Tzeentch ha elegido tu destino y no te queda más que aceptarlo- dijo la cabeza de ave mientras el hechicero que estaba detrás movía los labios como un ventrílocuo. 

Khasrhak rebanó la cabeza de ave de aquel mutante y el cuerpo de la marioneta cayó al suelo, el siervo de Nurgle no se daría por vencido, su dios jamás lo había abandonado y llevaría la putrefacción a todos los confines del mundo si ese era su destino, el dios pájaro debería ser exterminado por traicionero y mentiroso-pensó para sí mientras agarraba con fuerza el hacha. Pero una voz extraña, ajena a este mundo comenzó a hablar. 

-Pequeño engendro, te he traído hasta aquí confundiendo tu mente y la de tu dios para poder ver a aquel que intenta estropear mis planes con la torpeza de un simple humano enfermo, tu destino esta sellado, acaba aquí, tú y tu rebaño de bastardos putrefactos ya no rendiréis cuentas con el dios de la peste, vuestro sueño se ha acabado y deberéis despertar cuando yo os lo ordene, bajo mis órdenes.- dijo el hechicero con voz tenebrosa y amplificada en la nada de un desierto vacío.

-Antes de que podáis hacer algo podréis estar muertos tú y tu perro demoniaco, nunca seré esclavo de un ser como tu.- dijo enfadado Khasrhak mientras largas babas se caían de su boca en cada frase que escupía de su estropeada boca.

-Deberé enseñaros mi poder con la magia, solo así entonces entenderéis el verdadero poder de Tzeentch el único dios verdadero teje destinos, el vuestro ya está tejido y es mío, junto al de todo vuestro ejército.- sentencio el enigmático hechicero.


Una luz amarilla salió de su mano y el mago fue capturando el alma de cada uno de los guerreros de Nurgle, la ciudadela fue el escenario donde los pesados cuerpos de los siervos del dios de la podredumbre fueron cayendo uno a uno y sus almas fueron a parar al libro del hechicero, en el cual en cada línea nueva que se escribía con el favor de la magia se inscribía el nombre de aquel esclavo que se había inscrito al nuevo ejército del Gaunt Summoner.

Tzeentch se sentiría orgulloso del hechicero, su hábil esbirro había obtenido un potente ejercito de Nurgle para poder usarlo bajo su mando y obtener su favor a base de hacer esclavos a más almas, podría apoderarse de la tierra de los humanos muy pronto con todas sus tropas y su infinito poder.

Comentarios

  1. Pues para mi el mayor elemento del caos de la partida son esos puentes de madera. No arriesgaría mis minis poniéndolas encima... XXDD

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    1. Aguantan, aguantan, tenlo por seguro, eso si, con minis sobaqueras de metal quizas se rompan :P

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