Campaña Tarux: la exploración (Templarios Negros vs Orkos)

 

Las cañoneras que trasladaban a los marines espaciales temblaba a cada instante que iba descendiendo al planeta Tarux, el sargento Andrey estaba al lado del castellano templario que iba a liderar a ese grupo de batalla. Los templarios habían decidido mandar varios grupos de guerra a distintas partes del planeta para limpiar la tierra que una vez fue imperial de la presencia de orkos.

Tarux era un planeta lleno de bosques profundos y continuas lluvias, llevaba décadas sin contacto con humanos tras una invasión de orkos destruyó todo. Aun así, el imperio tenía fe en que las instalaciones subterráneas de los laboratorios del adptus mechanicus no hubieran sido destruidas, para poder recuperar así algún proyecto importante, ese era el motivo por el que los templarios negros fueron hasta allí.

Cuando Andrey bajó del transporte aéreo la lluvia le mojó la armadura, pero eso no lo intimidó, el marine junto al resto del grupo crearon un perímetro de seguridad, para que pudieran bajar los exterminadores y el castellano de forma tranquila antes de que la cañonera volviera a subir a la atmosfera. El castellano no miró ni un segundo al sargento, estaba centrado en su misión, encontrar y destruir orkos, no había nada en la galaxia que odiara más ese marine espacial.

Avanzaron hasta un antiguo bastión, abandonado y oxidado, la zona parecía tranquila, solo los acompañaba la lluvia y nada más, pero pronto se dieron cuenta de que era un trampa, habían sido rodeados por un grupo grande de orkos, los cuales se lanzaron a la carga, mientras los templarios negros mantenían la posición esperando a golpear de una manera contundente.

Muchos orkos corrían de todas partes hacia los marines y el suelo temblaba, el rugido de las bestias primitivas se unía al compás caótico de unas pisadas cada vez más cercanas: la brutalidad, la sangre y la degradación se acercaban. No se sabía el resultado, pero los marines sabían que iba a ser salvaje el encuentro, por lo que agarraron bien sus espadas sierras y las pusieron en marcha, para sumar un elemento más de ruido al entorno, antes de que todo quedara ensordecido por el sonido de los disparos.

Los primeros combates fueron duros, intensos y las primeras oleadas hicieron mella en los marines, pese a que mataban orkos por docenas, no paraban de encontrarse unos nuevos rivales encima de los cadáveres que habían dejado atrás, los marines fueron cayendo por la superioridad numérica. Golpe tras golpe iban recibiendo impactos en las armaduras de ceramita, hasta que se abollaban o se destrozaban por completo.

Tras limpiar las primeras filas de guerreros orkos, los nobles aparecieron y frenaron el contrataque marine, estas poderosas bestias enromes y bien armadas lanzaban golpes terribles, cada golpe con las grandes rebanadoras a dos manos hacia estragos en las armaduras de los templarios negros que iban cayendo uno a uno. Los exterminadores avanzaron para apoyar a sus hermanos de armas aunque ya parecía tarde.

El escenario dantesco que vio el castellano de los templarios hizo que tomara cartas en el asunto, solo veía cadáveres de sus hermanos, pisoteados y mutilados. Uno de los flancos había caído con el último hermano templario en pie y fue el a taponarlo sin refuerzos, activó su arma de energía y cargo contra los vomitivos orkos quien golpeaban absurdamente unos cadáveres de marines para distraerse, dos pieles verdes cayeron de inmediato pero el resto actuaron por reflejos y frenaron al líder humano.

La última línea entre el fracaso y la victoria épica la mantenían los nobles orkos junto a los exterminadores, ambos bandos se mataban unos a otros de manera brutal, unos lanzando golpes con los puños de combate y los otros con las grandes rebanadoras que cortaban y mutilaban con facilidad. El empeño de los exterminadores era continuo, no debían caer, no podían dejar a su líder solo ante la barbarie, pero los nobles no eran como los otros orkos, aguantaban, esquivaban y golpeaban con la misma agilidad que un marine espacial, pronto fueron cayendo todos los marines.

Mientras que el castellano de los templarios negros estaba siendo rodeado, el sargento Andrey herido gravemente lo observaba desde el suelo, el líder luchaba sin cuartel, contra todo lo que se acercaba, pero la superioridad numérica iba a ser determinante, pese a las docenas de orkos que habían abatido en el campo de batalla. Un terrible Kaudillo orko se acercó al castellano por la espalda y agarro de la cabeza con su poderosa garra de combate...el marine espacial intentó luchar para escaparse pero la garra era fuerte como un tanque y partió su cabeza como si fuese una fruta.

No quedo ningún miembro de los Templarios Negros con vida, habían sido exterminados de una manera rápida y cruel, sin ser conscientes de que el bastión al que habían llegado era una de las entradas secretas a los túneles de los laboratorios del mechanicus. Cuales serían los secretos que guardarían ahí, para que un grupo de batalla de marines espaciales hubiese sido mandado al matadero, algún motivo debería haber.

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