Iniciandome en el wargame de Canción de hielo y fuego

Cuando salió el wargame del universo de Canción de Hielo y Fuego, compré la caja de inicio, lo probé, me gustó, pero no tenía con quién jugar y me limitaba mucho el hecho de que solo hubiese dos facciones para coleccionar. Así que me deshice de él, y pasaron los años sin volver a mirar cómo evolucionaba este juego. 

Gracias a un amigo, y con las ganas que tenía de cambiar de aires respecto a Warhammer Fantasy, decidí informarme más sobre el juego, sus facciones y sus miniaturas. Quedé sorprendido al ver cómo había crecido en reglas y modelos, por lo que me impresionó todo lo que podía adquirir. Mi problema fue que el juego había evolucionado por un lado con su app y su web, mientras que seguían vendiendo cajas con las reglas antiguas. Eso es un fallo para la gente que entra de nuevas.

 
Otro gran inconveniente que me encontré fue la cantidad de productos descatalogados o en reposición que hay en las tiendas. Tuve que rebuscar en cuatro tiendas para comprar lo que quería. Afortunadamente, con eso conseguí mi colección, tirando también de segunda mano, pero las horas dedicadas fueron unas cuantas, la verdad.

Este juego creo que es un producto no solo para jugones (que también, por la cantidad de torneos y la comunidad que lo rodea), sino también un producto de coleccionismo por la calidad de los modelos. A diferencia de la serie Juego de Tronos, los esculpidos están influenciados por la saga de libros, lo que hace que la vestimenta sea más variada y espectacular. En la serie, todos parecen bastante similares: soldados "humildes" y poco más. No llevan esos yelmos como los Baratheon ni son tan rudos como los Greyjoy. Además, los Bolton no provocan tanto temor como las miniaturas del juego.

Personalmente, había visto la serie de Juego de Tronos, jugado al juego de rol y al de mesa, pero el apartado de wargame me ha roto los esquemas (para bien), ya que las novelas no me llaman la atención por cómo están escritas por R. R. Martin. Esta faceta del universo, con las miniaturas, sí me gusta mucho. Puedes representar bárbaros, caballeros, guerreros similares al caos, montaraces similares a los elfos… un sinfín de tropas parecidas a lo que verías en Warhammer Fantasy, pero con una personalidad humana más potente y más realista.

La estética medieval que tiene me apasiona; me recuerda a juegos como Mount & Blade o Chivalry, donde se enfrentan diferentes culturas medievales inspiradas en regiones reales de la geografía histórica. Además de la Edad Media histórica, el juego llena mi necesidad que tenía de un wargame con ambientación medieval, además del de fantasía oscura.

Después de pintar algunas miniaturas, me he dado cuenta de un punto que en su día me echó para atrás: el plástico premontado es de tal calidad que no pierde nada en comparación con el de GW. Son piezas impresionantes y superresistentes a las caídas. Pintarlas es igual de cómodo que con el plástico tradicional, y el hecho de evitar montar muchas miniaturas me ha animado a comprar varias facciones de golpe, por puro coleccionismo, ya que es abrir la caja y empezar a pintar o jugar.

Pero esto no queda aquí. No me voy a limitar solo a jugar partidas estándar de 40 puntos. Mi deseo es crear un proyecto en el que mezcle el mapa de campaña del juego de mesa con partidas de 40 puntos, de 20 puntos entre casas menores, ataques de bandidos o revueltas, y finalmente partidas de escaramuza sobre sabotajes y asesinatos, usando las reglas de Confrontation. Así uniré las tres ramas del juego: el rol, el juego de gestión tipo eurogame y el wargame. Desde las grandes casas como Greyjoy, Lannister, Stark, Bolton o Baratheon, hasta la evolución de casas menores como Clegane, Karstark, Mormont o Umber, sin olvidar la posibilidad de crear una casa desde cero gracias a toda la información que ofrecen los libros de rol.

 
Creo que para mí este proyecto es una nueva oportunidad de romper con el vínculo del consumismo vacío y repetitivo de GW, y enfocarme en un proyecto bonito y a largo plazo, como ya hice en su día con Confrontation. Aunque este último murió, yo seguía jugando porque ya lo había hecho parte de mí. Más adelante ya os hablaré de qué me parecen las reglas y cómo evoluciona mi experiencia sobre el campo de batalla.

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