Al igual que hablé en su día de mi experiencia con Warhammer Fantasy y Confrontation, como me había criado con ese juego desde 5º edición, hoy quería hacer
lo propio con la versión de 40k, porque estamos en un punto interesante con 8º edición.
Bien, cuando yo me metí en Warhammer con 8 años, 40k era un
juego para adultos y mucho más oscuro, se jugaba menos que Fantasy y quizás
esos factores hicieron que empezara mucho más tarde. Realmente solo sé que empecé
en 3º edición, pero no sé si fue ya con 10 o 12 años.
Mi inicio con el reglamento fue una copia del pesado
reglamento de esa edición, era muy grande y tenía mucho contenido, yo me compré el Codex de Ángeles Oscuros junto a Azrael y Ezekiel, paso el tiempo y me costó
comprarme un par de escuadras tácticas, recuerdo que acabe jugando con algo así
como 1 líder, 3 escuadras tácticas y 1 escuadra de exterminadores.
Pero como mi pobre poder de adquisición no avanzaba, acabe cambiándolo
con otro amigo por Guardia Imperial, como no me gustaba mucho Cadia, decidí
hacerme un ejército de Korps de la muerte de Krieg, me gustaron, llamaron mucho
la atención durante la campaña de Armagedón. Pero las tropas básicas eran de
metal y eso las convertía en un producto caro y delicado...
Tras acumular un pequeño ejército de 3 regimientos, 3
quimeras, algunos cañones automáticos y el mítico comisario Yarrick pude jugar
bastante ese verano con un vecino que tenía un gran ejercito de Eldars, otro
que tenía Ángeles Sangrientos y otro que tenía unos novedosos Necrones que
salieron ya en 4º creo.
Tras estar acostumbrado a palmar partidas por ir con ejércitos
mal estructurados por la edad mental y solo desear jugar para divertirme, nos juntamos
con 13 o 14 años un grupo de 6 jugadores que jugábamos más asiduamente. Ahí me hice
con Lobos Espaciales, no sin antes amagar con Eldars Oscuros...Pero los lobos
me pudieron.
En este mini ejército de Lobos (siempre jugábamos a 1000 o
1200 puntos) con un vindicator y muchas escuadras pude disfrutar de partidas de
3 contra 3 o 2 contra 2 jugadores. Partidas que juntábamos 3000 puntos contra 3000 puntos
o así.
Dichas recreaciones divertidas entre amigos del instituto
estaban compuestas por facciones como: Lobos, Ultramarines, Necrones, Tau,
Marines del Caos, Cazadores de demonios o algún Guardia Imperial esporádico.
Todo funcionaba lento pero divertido, la mayoría de las veces jugábamos en
mesas de ping pong que nos daba para desplegar 6 ejércitos, pero lo más característico
es que casi nunca se acababa una partida de estas, aunque eran muy amenas.
Todo este tiempo, estuvimos jugando con las reglas de 3º pese a usar los codex de 4º,
hasta el momento que abandone de manera radical 40k, hacia los 15 o 16 años. Decidí
centrarme en Confrontation o Warmachine y todas esas masas de tropas se fueron
a la estantería o vendidas.
Los años pasaron y pese a que tuve algún intento fallido en
6º de jugar de nuevo asiduamente con lobos, era un poco aburrido jugar contra Tau
y poca escenografía...Así que 7º fue mi último enganche, pero ya como
coleccionista, compre el manual de 8º, pero no me engancho, ya era un mero
coleccionista.
Lo único que me ha salvado de la quema con el mundo de
Warhammer 40k, ha sido Shadow War Armageddon con Inq28 el cual me gusta bastante, por ser
el sistema de 3º, donde me encuentro muy a gusto para recrear partidas con este gran trasfondo y el maravillo juego Blackstone
Fortress que me sumerge de lleno con cada partida en el infinito universo del
ya casi 42º milenio.
Warhammer 40k siempre me ha parecido un juego mucho más
ameno que Warhammer Fantasy, más dinámico y de necesitar menos miniaturas, pero
en 7º y 8º eso cambió y ahora es una oda al sacacuartos y el súper combo como
pasaba con las últimas ediciones de Fantasy y en AoS. Por mi parte 40k lo he
disfrutado mucho a partidas de 1000 puntos, creo que es un sistema muy
agradable, batallas bonitas de ver y me alegro que haya crecido tanto la
comunidad en España, ya que antes eran muchos menos y no había tanto joven jugador.
Creo que mi vuelta a 40k ha sido en parte por culpa de La Voz de Horus y TankGirl, que han afianzado mi disfrute por el trasfondo, por pintar miniaturas de
distintos tipos y seguir coleccionando, sobre todo Imperio y Caos, los xenos ya
dejaron de estimularme hace años.
Seguiré con paciencia este camino del coleccionista y
jugador pasivo de Blackstone Fortress, pero sobre todo, lo que me chiflan son
las novelas, porque me introducen de lleno en el universo de 40k y eso no tiene
precio. Algo que me da grandes ideas para representar partidas narrativas de Inq28, sin ningún pretexto mas que disfrutar.
Warhammer 40k es un juego que requiere de muchísima dedicación de tiempo y recursos, y cuando te falla lo uno o lo otro es muy fácil dejarlo de lado. Me ilusionó mucho esta edición al principio con los index, pero hemos vuelto a ese cúmulo demencial de codex que hace tan difícil volver a entrar... XD
ResponderEliminarSi, hubieran sacado otra segunda edicion de los index con las novedades...quizas hasta me lo hubiera pillado el del caos e imperio pero vamos, que es lo que dices tu, tiempo dinero, que es lo de todos los años...asi que me centrare en las partidas pequeñas y narrativas que es lo que me estimula hoy dia. Aun asi que sigan sacando que molan las novedades :)
Eliminar