La creciente expansión de los Alquimistas de Dirz les había llevado a moverse a otras zonas, zonas más pobladas de enemigos, esto produjo muchas confrontaciones a lo largo de los años. Pero en un pequeño laboratorio bastante escondido en un bosque en las tierras del León , nadie sospechaba de su existencia, un grupo de clones y monstruos se habían encargado de borrar cualquier pista. Hasta aquel día... El biopsista estaba trabajando junto a los demás alquimistas en el laboratorio, para dar con un nuevo elemento que daría más potencia al mutágeno, para que se alargase su efecto durante más tiempo y no destruyera tanto los cuerpos de los clones. Todo fue abandonado cuando un explorador había visto movimientos sospechosos en la superficie, no sabia explicar el que, pero decía que había visto sombras, como espectros que deambulaban de árbol en árbol. Después de recibir la noticia, el biopsista organizó una partida de guerreros para investigar, no eran muchos, pero sabia