Imperio Otomano
El mundo evoluciona deprisa en este inicio de siglo, quizá demasiado; pero para el Sultanato de Constantinopla las cosas deben seguir su curso, como llevan haciéndose desde hace siglos. El incansable ritmo de la tradición marca sus pasos. El Imperio Otomano es temido en toda Europa. Ocupa los Balcanes y amenaza con introducirse en el centro del Viejo Continente, algo que aterra al Antiguo Régimen. Sin embargo, el Sultán y su corte no temen represalias. Allah es misericordioso, y el Islam debe extenderse por el continente europeo, como ya lo ha hecho en Asia y África. Los germanos, atrapados entre el miedo y el derrumbe de sus tropas, han decidido difundir una propaganda oscura de sus enemigos, describiéndolos como demonios rojos. Irónicamente esto ha mejorado los resultados en combate de los soldados jenízaros: su fama hace huir a muchas más tropas que las que matan. Pero el Imperio no está formado por demonios y tampoco únicamente por devotos soldados musulmanes;